Láser vaginal

El láser vaginal de diodo aporta numerosos beneficios a diferentes patologías femeninas. Permite el aumento de la hidratación vaginal y la mejora de la incontinencia urinaria, así como también la prevención de las diferentes infecciones vaginales, aumenta la lubricación del canal vaginal y ayuda a tensar las paredes.
Es un tratamiento no invasivo, no produce quemazón ni dolor. Cada sesión tiene una duración de 15 o 20 minutos.
¿En qué consiste?
El láser de diodo es un manipulo que se introduce en el interior de la vagina actuando de forma directa sobre las paredes de la misma. Consiste en la transmisión de energía térmica, ese calor reactiva el colágeno natural de la vagina y el riego sanguíneo, proporcionando una sensación de mejoría.
Es un tratamiento ambulatorio que se realiza en la consulta, la paciente no necesita preparación previa y después de cada sesión puede continuar con su rutina diaria.

Es efectivo para diferentes patologías:
• Posparto: ayuda en la recuperación de las diferentes lesiones del tejido que se pueden producir durante el parto. Cicatrices dolorosas.
• Incontinencia urinaria: ayuda a reducir la pérdida de orina involuntaria.
• Sequedad vaginal/atrofia: se considera atrofia vaginal al adelgazamiento, resequedad e inflamación de las paredes vaginales que ocurre cuando el cuerpo tiene menos estrógeno, produciendo así una sequedad vaginal. Este tratamiento aporta una mayor lubricación de manera natural.
• Infecciones vaginales: en este caso ayuda a restablecer el ph vaginal y la vascularización de la zona, siendo una opción efectiva para evitar infecciones vaginales.
• Dispareunia: el dolor en las relaciones sexuales se suele producir por una insuficiente lubricación. El tratamiento con láser de diodo favorece la formación de nuevas fibras de colágeno produciendo así una mayor lubricación.
• Atrofia vaginal por tratamientos oncológicos: al ser indoloro la técnica es adecuada una para pacientes oncológicos, ya que no se les puede aplicar otros tratamientos más convencionales.